La cuarta novela que hemos leído en Entreletras es Un mundo feliz, una de las grandes distopías del siglo XX, imaginada por el escritor británico Aldous Huxley en 1932. Éste imagina una sociedad que utilizaría la genética y la clonación para el condicionamiento y el control de los individuos.
El mundo descrito por Huxley es una sociedad deshumanizada, en la que los seres humanos nacen artificialmente,programados intelectualmente para el trabajo que tienen predestinados en la sociedad e inducidos a considerarse afortunados de ser lo que son. El estado controla los ciudadanos a través del suministro de una droga: Soma, que los convierte en sumisos y dependientes. Los individuos son felices, pero inmersos en una felicidad absurda, deshumanizada, artificial y totalmente falsa sin ningún tipo de amor o de aprecio por los demás.
El mundo descrito por Huxley es una sociedad deshumanizada, en la que los seres humanos nacen artificialmente,programados intelectualmente para el trabajo que tienen predestinados en la sociedad e inducidos a considerarse afortunados de ser lo que son. El estado controla los ciudadanos a través del suministro de una droga: Soma, que los convierte en sumisos y dependientes. Los individuos son felices, pero inmersos en una felicidad absurda, deshumanizada, artificial y totalmente falsa sin ningún tipo de amor o de aprecio por los demás.
Los niños son concebidos en probetas. Son genéticamente condicionados para pertenecer a una de las 5 categorías de población, de la más inteligente a la más estupida: los Alpha (la elite), los Betas (los ejecutantes), los Gammas (los empleados subalternos), los Deltas y los Epsilones (destinados a trabajos arduos).
Un mundo feliz describe también lo que sería una dictadura perfecta, que tendría la apariencia de una democracia, una cárcel sin muros en la que los prisioneros no pensarían en evadirse. Un sistema de esclavitud donde, gracias al sistema de consumo y el entretenimiento, los esclavos amarían ser siervos.
La novela contará en breve con una versión cinematográfica que se estrenará en 2011, dirigida por Ritley Scott y protagonizada por Leonardo DiCaprio. Como buena distopía, este libro es un una denuncia intemporal ante cualquier promesa de futuro que deje de lado la individualidad del ser humano y olvide conscientemente las emociones, la alegría y la pena consustanciales a nuestro andar cotidiano por el mundo.
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