Esta novela de inspiración autobiográfica, que ha obtenido un enorme
éxito en Francia, cuenta la historia de una joven belga que empieza a
trabajar en Tokio en una gran compañía japonesa. Pero en el Japón
actual, fuertemente jerarquizado, la joven tiene el lastre de un doble
handicap: es occidental y mujer, lo cual la convertirá en blanco de una
cascada de humillaciones y de una progresiva degradación laboral que la
llevará a pasar de la contabilidad a servir cafés, ocuparse de la
fotocopiadora y finalmente encargarse de la limpieza de los lavabos
masculinos.
El título, estupor y temblores, hace referencia al modo como el
emperador de Japón exigía que sus súbditos se presentaran ante él. No
deja de ser una metáfora de lo que encontraremos en la novela.
"El señor Saito me llamó a a su despacho. Me tocó recibir un merecido
rapapolvo.: había sido culpable del grave crimen de la iniciativa".
"Me convertí en el Sísifo de la contabilidad y, al igual que aquel héroe
mítico, no caía jamás en la desesperación, inexorablemente reanudaba las
operaciones por enésima vez, por milésima vez. Quisiera dejar
constancia, además, del siguiente prodigio: mil veces me equivoqué, lo
que hubiera resultado tan consternador como una música repetitiva si mis
errores no hubieran sido siempre diferentes: por cada operación obtuve
mil resultados diferentes. Tenía talento".
http://www.larepublicacultural.es/article5499.html
No hay comentarios:
Publicar un comentario